Estima

Dolor que punza fiero
batallador incesante
que clava sus garras
en el siempre débil tintero.

Y fatigosa siento la pena,
y arduo sosiego
mi vida desespera.
Y late a golpe de tambor
en los pulsos vigorosos
de mí quebrajado corazón.

Y cañones,
y mal tocadas arpas,
y de salón en salón
de las calles mojadas.

Sin piedad y en la marcha,
lúgubres temblorosas,
teatrales secuencias cotidianas.

¡Y que culpable pienso será mi vida!
¡Y que delito cometido puede ser la estima! ;
del ser no conocido,
de aquel que a kilómetros llora frente a una tapia,
del pequeño de una camada,
del apartado por su ideal o raza,
del ave que no encuentra hembra que cubrir con su danza.

Paseo por las calles
y ando y ando,
¡y la virgen!,
¡y los que ya no responden!,(los muertos),
y mis recuerdos,
y mis momentos reales
todos iguales,
una coctelera sin sentido.
¿Quién cubre mis ojos con telas viscosas?,
¿quién se empeña en plantarme a la cara como un pastel,
la diaria pena, que no con inocentes velas crece solamente,
sino que espinas como aliagas secas me presentan en bandeja?

El tiempo se apaga,
y mi tiempo se acaba.
Me derroto a mí mismo con el brazo atormentado,
y golpeado sufre y da en la entrega.

Y aquel me alza,
el brazo de la sabia.
Me levanta sin un porqué de la marcha mi sudor empapa,
y planta y germina la semilla del tesón.

Un nudo en mi cuello aprieta el momento,
su tacto agradecido divina estilo,
y me dejo llevar y me abandono,
y suspiro,
y pienso ya no sé que pienso.

Me dejo....

Me resisto !!!